FATED: EPÍLOGO

Un año después.

JaeJoong sobaba su pancita mientras se balanceaba en la silla mecedora. Adelante y hacia atrás, con un tranquilo bamboleo que lo adormilaba. Miraba desde el porche a los cachorros jugar.

Su pequeño UnHyea corría en su forma de lobo junto a los demás cachorros. Para un cachorro de su edad, UnHyea era más grande que el promedio, pero a la manada no parecía interesarle, por el contrario, decían que eso mostraba que sería un gran líder.

Las luces parpadeantes, aún eran eso, luces parpadeantes. UnHyea aún no había alcanzado el nivel de madurez para que sus espíritus guardianes tuvieran forma definida. Sabía que pasaría algún tiempo para que eso sucediera. Su cachorro aún era muy pequeño, había vivido cosas que un cachorro a su edad no debería hacerlo. Pero, el verlo sonreír de esa forma, brincar de un lado al otro tras un balón, JaeJoong creía firmemente que su cachorro había superado sus pasadas experiencias.

Hoy celebraban el inicio de una nueva era. YunHo, con ayuda de ChangMin, habían logrado firmar una alianza con algunas manadas. La manada felina y el clan de los osos habían estado de su lado desde el principio. Un cese a la matanza y discriminación hacia los shifter con dones especiales.

Aún trabajaban mucho en el caso. No se podían olvidar tantos años de acecho a las criaturas con dones diferentes. Tantos prejuicios. Una lucha que ellos no habían empezado, pero que estaban dispuestos a terminar.

La manada se había vuelto famosa, por tener dos Alfas y las parejas de estos chamanes. Cuando se entraban de ello, muchas manadas de diferentes clases de shifter  se negaban hablar siquiera. Otras los escuchaban por curiosidad, pero sin duda, lo mejor que se llevaban era el hecho de saber que en cada clase de shifter había por lo menos un chaman oculto por miedo. Algunos de ellos dejaron sus manadas de origen y vinieron aquí, donde se les prometía una vida en la luz.

YunHo hacía lo que podía. Firmar aquel acuerdo era lo mejor, así, las pobres criaturas podían permanecer con sus familias sin temor a ser linchados por prejuicios. Obviamente, no todas las manadas aceptaron, pero JaeJoong no perdía la fe en que algún día, todo el odio que KyuBok sembró con el paso de los siglos, se desvaneciera.

—Veo que usted mira más allá de donde los ojos de un simple shifter pueden ver —un pelirrojo hombre le hablaba. Aquel era el Jefe de un clan de zorros. Los shifter zorros eran respetados por su sabiduría, con aquella alianza se habían asegurado la confianza de muchos otros clanes.

—No, yo no poseo ese don. Solo veo todo con ojos de esperanza —respondió JaeJoong.

—La esperanza fue lo que te trajo hasta aquí —sus ojos verdes como el musgo estaban llenos de una sabiduría que iba más allá de su entendimiento. —La esperanza será lo que te lleve adelante.

JaeJoong ladeo la cabeza mientras veía al hombre marcharse. Según Mok, aquel sujeto era un chamán, pero ni siquiera Mok estaba seguro de su edad o habilidades, lo que decía mucho. Pero el saber que estaba de su lado los llenaba de ilusión. Sí, algún día esa cacería terminaría, y todos aquellos con un don vivirían libres.

—¡Oh! ¿Te ha hablado con sus extraños misticismos? —la líder de los felinos JiYoung estaba parada a un lado de él, recostada sobre uno de los muros de la casa. —Me ha hablado todo el camino así. No entiendo que quiere decir exactamente y cuando le he preguntado directamente, me ha salido con más —la chica se encogió de hombros. —Son hermosos, ¿no es así? —sus ojos miraban hacia donde JaeJoong lo hacía.

UnHyea corría con los cachorros, cachorros de lobo, de felinos, de osos y sorprendentemente dos zorros, que a lado de todos los demás parecían muñecos de felpa.

Todos esos cachorros tenían algo en común. Ellos serían los portadores de esta nueva era. Todos eran chamanes, sus poderes aún no se desarrollaban, incluso había alguno que ni siquiera mostraban alguna habilidad, sin embargo, cuando fueron tocados por algún chaman, una luz azulada brilló sobre su cuerpo, haciéndoles saber que la magia habitaba en él.

—Son hermosos.

—Ellos representan una nueva era, en donde algún día, volveremos a ser todos una sola manada, sin restricciones de raza.

Sonaba a él deseo de KyuBok, pero sin la malicia de este. Querían volver al inicio, donde los shifter eran libres de mezclarse con las diferentes especies, sin que uno sintiera la necesidad de someter al otro.

Un pequeño lobo tropezó, rodó un poco y comenzó a gimotear. Inmediatamente otros dos lobeznos de color marrón y gris, levemente más grandes se acercaron al pequeño, tratando de consolarlo con su compañía. Era así como lo hacían las camadas. El padre de los pequeños se acercó, tomando al cachorro lo levantó y sacudió la tierra de su pelaje.

—Debes tener más cuidado. Trata de no correr tan rápido —un cariñoso ChangMin hablaba al pequeño.

Había sido toda una revelación, cuando días después de la primera luna llena en la que ellos se marcaron como compañeros, ChangMin, JunSu y YooChun, quienes se la habían pasado prácticamente encerrados es su habitación, se enteraron de que serían padres próximamente.

JunSu había tenido una visión. Una donde veía a tres cachorros corretearse, dando saltitos felices y tratando de atrapar a las mariposas. Creía que había sido un presagio para JaeJoong, no obstante, cuando JunSu se acercó a abrazarlo, la luz azulada recorrió el cuerpo de JunSu, hasta posarse sobre su vientre, pulsando como el latir de un corazón. O bueno, en este caso tres.

La Luna también los había bendecido a ellos.

A veces JaeJoong sentía la insana curiosidad por preguntar quién era el padre de los cachorros, pero la verdad era que no importaba, tanto YooChun como ChangMin eran verdaderamente protectores sin interesarles quien había aportado el espermatozoide. Para ellos eran sus hijos.

JaeJoong creía que era una miniatura de cada uno. El más grande era la copia de ChangMin, el siguiente, de casi su mismo tamaño, era la copia de YooChun, y el más pequeño, sin duda era JunSu. Así debieron ser sus cuñados cuando eran niños.

JaeJoong sobó su pancita inconscientemente. Estaba muy, muy gordito, tanto que apenas si podía moverse. En realidad, gustaba más de estar en su forma de lobo, pero el perro caliente que tenía por pareja, con dos o tres caricias lo obligaba al cambio para poder disfrutar de un fogoso encuentro. Y por qué no decirlo, a JaeJoong le encantaba.

UnHyea dirigía a los alborotados cachorros, que corrían tras una pelota. JaeJoong era tan feliz sabiendo que su cachorro era feliz. Recordaba la primera vez que lo había visto, una minúscula bola de pelos con la nariz rosita. JaeJoong sonrió. Como si lo llamara, UnHyea lo miró y le dio un ladrido feliz.

Los líderes de las manadas que firmaron el acuerdo se encontraban ahí. Mok, pareja de YongSook, jefe del clan de los osos, miraba con nostalgia a los cachorros. JaeJoong esperaba que la Luna también bendijera a Mok como lo hizo con JunSu y con él.

JaeJoong bostezó.

—Creo que ya es hora de que vayas a descansar —la voz grave de YunHo resonó detrás de él. Como de costumbre, la piel de JaeJoong se erizó ante el sonido.

—Quiero estar aquí. Estar presente cuando todos nos tomemos de las manos.

—¿Por qué piensas que nos vamos a tomar todos de las manos?

—¿No haremos pasteles de felicidad? —preguntó JaeJoong claramente burlón.

—No, solo vamos a hacer lo que mejor hacen los predadores —YunHo lo miró significativamente. A JaeJoong se le vinieron unas cuantas cosas a la mente. —No, eso que estas pensando no. Aunque me agrada a idea.

JaeJoong mordió su labio. —¿Y eso es? —dijo sugestivamente.

—Hacer una buena carne asada —respondió YunHo como si no se hubiera dado cuenta de la seductora forma en que JaeJoong hablaba.

JaeJoong se rió. YunHo lo abrazó por la espalda, sus cándidas manos rodeando su abultado vientre. JaeJoong estaba seguro que de su primer embarazo no se había puesto así de grande, pero imaginaba que la situación era muy diferente a la de ahora.

Pam-pam.

Unos golpecitos rezumbaron dentro de la pancita de JaeJoong.

—¡Woh! ¡¿Sentiste eso?! —YunHo estaba muy emocionado. JaeJoong sabía que una parte de él aún se culpaba por no haber estado a su lado mientras UnHyea crecía dentro de su vientre, sin embargo, YunHo prodigaba todo su amor y protección a su cachorro.

—Si YunHo, mi bebé se alborota cada que lo tocas —JaeJoong siempre le decía lo mismo, pero era feliz sabiendo que su bebé, su cachorro y él mismo eran felices de estar al lado de YunHo.

***

Con muchas dificultades, JaeJoong se tambaleaba de un lado al otro. La cena se llevaba a cabo al aire libre. Todos compartiendo la mesa como una gran manada. JaeJoong pensó que así debieron ser las cosas antes de que KyuBok tratara de dominar sobre las demás razas.

—Hijo, no deberías andar de un lado a otro. Pronto entrarás en labor de parto, no queremos que algo vaya a pasarte —el padre de YunHo le hablaba de forma cariñosa. Los trataba como a sus hijos y eso así muy feliz a JaeJoong.

—Está bien, solo será hoy. Quería verlos a todos, hablar con ellos, y en mi forma de lobo no podría, además tal vez los asuste ver a un lobo blanco. Que hayan aceptado a los chamanes no significa que no se sobresaltaran al verme.

—Pero que dices, eres la cosa más bonita que he visto. Bueno no, esos son mis nietos pero tú eres una monada —le sonrió paternalmente.

JaeJoong tomó asiento en un cómodo lugar que YunHo había amoldado para él. Los escuchaba hablar de las historias sobre sus clanes, experiencias que habían vivido, los chamanes que a lo largo de su vida habían conocido. Todos estaban de acuerdo que, si bien había chamanes buenos como ellos, también los había malvados como KyuBok, esos serían los principales a controlar por esta alianza.

En eso estaban cuando los ojos de JunSu cambiaron. —No será fácil, pero confiaré en que puedan traer de regreso la era que nunca debió perderse. —La voz que provenía de JunSu no era suya. No era como cuando tenía una de sus visiones. Era más bien como si alguien más hablara a través de él. —Han pasado por todo esto debido a mi cobardía. Debido a que no fui capaz de llevar a mi compañero por el camino del bien, y en cambio, terminé siendo su piedra fundamental para el inicio de todo.

Imágenes llenaron la cabeza de JaeJoong, de un hermoso joven que trataba de detener a un KyuBok. El mismo joven con otros lobos frente a un furioso KyuBok. El chico cambiando a un lobo blanco para enfrentarlo. Lágrimas en el rostro del chico mientras era desangrado por KyuBok.

Entonces, JaeJoong entendió quién era. Aquel chico era la antaña pareja de KyuBok, aquel que no estuvo de acuerdo con su idea de dominar sobre las demás razas. La forma tan cruel en que el destino los enfrentó por sus ideales. Al final, el chico no pudo asesinar a su pareja, pero en cambio KyuBok sí, lo que le otorgó mayor poder. Por eso, KyuBok estaba obsesionado con JaeJoong, porque le recordaba a su compañero.

—Gracias —dijo. Una vaporosa figura de un lobo blanco emergió del cuerpo de JunSu. Los miró una vez y después a la luna, uniéndose a ella en una luz.

«El alma del compañero de KyuBok ahora descansará en paz» susurró YunHo.

«Una trágica historia de la que fuimos partícipes» le dijo JaeJoong.

YunHo lo abrazó y besó su frente. «No pensemos más en ello. Vivamos la vida que nuestro destino no tiene preparados. Tú, UnHyea, el nuevo cachorro y yo».

«Si, YunHo».

Los allí presentes conocían la historia del lobo negro, pues a ellos también les causo muchos revuelos, al ser las manadas más cercanas a su territorio. Los zorros vivían más allá de las tierras de la manada del Norte, al saber que KyuBok había sido derrotado y que un nuevo Alfa se erguía en la cima, mandaron a investigar si era bueno para tener como vecino o debían seguir ocultándose. Pero, fue una verdadera sorpresa para el líder de los Zorros el ver a un Lobo Blanco como pareja del Alfa. Eso le indicó un buen camino. Ahora, formaban una alianza, la cual pensaban seguir expandiendo.

—¡Omma! ¡Appa! —UnHyea venía hacia ellos revoloteando feliz. —Appa, Omma las luces parpadeantes dicen que hoy habrá lluvia de estrellas —su cachorro danzaba alrededor de ellos. —Dicen que son un regalo.

Tanto YunHo como JaeJoong había dejado de preguntarle a UnHyea los misteriosos significados de las palabras de las luces parpadeantes, después de todo, eran espíritus y los espíritus siempre hablaban así.

Pero, efectivamente, tal y como UnHyea había dicho, todos miraron al cielo. Primero comenzó una solitaria estrella caer, después otra y así siguieron un millar de estrellas fugaces que decoraron el cielo.

UnHyea se giró a verlos, una enorme sonrisa adornaba su infantil rostro. —Las luces parpadeantes dicen que son un regalo para los nuevos miembros de la familia.

JaeJoong sintió una punzada en el vientre. Ninguno se detuvo a pensar en las palabras de UnHyea “los nuevos miembros de la familia”.

—¡Oh, dioses! ¡Es hora! —JaeJoong miró a YunHo. YunHo se puso pálido casi verde, como si fuera a desvanecerse por la impresión. JaeJoong tomó su mano en un fuerte agarre, clavando las pequeñas garras que habían salido de sus uñas. —No te atrevas a desmayarte, Jung YunHo. Puedes hacerlo cuando me lleves a casa —ordenó.

Se escucharon varias risas incluso alguno que otro comentario acerca de quien llevaba los pantalones en la relación, o de cómo el más grande Alfa de Lobos agachaba las orejas ante su pequeña y bonita pareja.

Haciendo caso omiso a los comentarios, YunHo tomó a JaeJoong en un típico abrazo de princesa. Su precioso y voluminoso paquete le recriminaba cosas que YunHo no entendía.

JaeJoong se quejó. YunHo tembló.

—Rápido YunHo —susurró JaeJoong. YunHo ni siquiera era consciente de que se había detenido.

Viendo el sudor en el rostro de su pareja mientras se agarraba su pancita, YunHo casi corrió dentro de la casa, a la habitación que estaba destinada al nuevo cachorro.

Cuando llegaron, con sumo cuidado bajó a JaeJoong, le quitó la ropa rápidamente mientras JaeJoong invocaba su cambio.

Otra punzada en su vientre. Su propio cuerpo de lobo había cambiado para recibir al bebé, justo como la primera vez. De la misma forma JunSu había tenido a sus cachorros. Mok, que había asistido en el primer parto de JaeJoong y JunSu, entró en la habitación.

A diferencia de la primera vez, donde se sentía amenazado, JaeJoong ahora estaba tranquilo, su pareja, YunHo estaba a su lado y no permitiría que nada le pasara ni a él ni a su cachorro no nato. Mok comenzó un cántico para relajar a JaeJoong, pero, en contra de todo pronóstico, YunHo cayó dormido.

JaeJoong soltó un bufido. Tenía ganas de morder el brazo de YunHo hasta que este despertara.

Con otra punzada en su vientre, JaeJoong gimoteó quedito, soltaba pequeños sollozos de dolor, mientras Mok le decía que pujara. Entonces, la humedad salió de él junto con una pequeña bola de pelos de color claro, no estaba seguro de su pelaje por la cantidad de líquidos viscosos sobre él.

JaeJoong se iba a incorporar para limpiar a su cachorro cuando sintió otra punzada. Respiraba agitadamente. Necesitaba limpiar a su cachorro para que pudiera respirar correctamente. Un nuevo dolor lo atacó cuando quiso acercarse a su cachorro.

Mok no lo había tocado, y era mejor así, porque si alguien ajeno a él o su pareja tocaban a su bebé entonces podrían considerarse shifter muerto.

Comenzaba a desesperarse cuando el enorme lobo marrón que tenía como pareja tomó al cachorro entre sus fauces, con tal delicadeza, que sacó lagrimas al lobo blanco.

«Tranquilo, mi amor. Ya estoy aquí» susurró. «Yo me haré cargo».

JaeJoong vio como la lengua rosada de YunHo salió y comenzó a limpiar al cachorro, su nariz especialmente, sus orejitas, sus patitas, pasando su lengua de cabeza a lomo. El cachorro empezó a gimotear.

Una punzada más fuerte que la anterior le dijo a JaeJoong que su labor de parto aún no había terminado. Su respiración se hizo errática, estaba cansado, pero se esforzaría.

Con otra punzada de dolor, vino una segunda contracción para dar a luz a un segundo cachorro. Al igual que el primero, la bolita de pelos era de color clara.

Esta vez, JaeJoong pudo incorporarse en sus patas delanteras, lo suficiente para atraer al cachorro y comenzar con su limpieza. El cachorro lloriqueó mientras la lengua de JaeJoong lo bañaba.

No fue consciente del momento en el que Mok salió de la habitación. YunHo estaba cerca de él, con su primer cachorro, aún limpiándolo. Sus ojos se conectaron un momento.

«Es preciosa, amor» le dijo. Los ojos marrones de YunHo lagrimeaban de felicidad.

«¡Es una niña!» JaeJoong rió a través de su enlace. YunHo asintió.

«¿Qué es lo que tienes ahí, mi amor?» YunHo miraba con amorosa curiosidad al cachorro entre las patas de JaeJoong.

JaeJoong revisó el sexo de su cachorro. YunHo lo pudo oír reír en su mente. «Creo que vas a ser un padre muy celoso» le dijo. «Son dos hermosas niñas».

YunHo le dio una lamida cariñosa a su pareja. Recostó con suavidad a su pequeña junto a su hermana y dejó que esos tres bellos seres descansaran.

Estaba por colocarse junto a ellos, cuando la puerta se abrió. UnHyea miraba sin saber muy bien qué hacer. YunHo se acercó a él y lo lamió.

—¡Eww, papá! —dijo, pero ahora la sonrisa acompañaba sus palabras.

UnHyea había tenido un momento de dudas con respecto a su nuevo lugar en la familia, pero ahora sabía que sus papás lo querían de la misma forma. Sus ojitos se dirigieron hacia donde su Omma estaba, podía ver dos bultitos blancos, no más grandes que un zapato, que chillaban acercándose a JaeJoong.

Con un gesto de su cabeza, YunHo le dijo que se acercara. Su Omma lo miraba con amor, recostado allí, junto a sus dos hermanitas, porque eso le dijeron las luces parpadeantes que eran, dos niñas. UnHyea se hizo la promesa de que protegería de cualquier cosa a esas dos bolas de pelo que aún no abrían los ojos.

Cambiando a su forma de lobo, se acercó tímidamente hasta ellos. Su Omma lo lamió cariñosamente. Se veía cansado, pero feliz. UnHyea se tumbó cerca de ellos, lo suficiente para no perder de vista a las bolitas blancas. YunHo, con su gran cuerpo, se colocó detrás de ellos, brindándoles su calor y su protección.

Así, durmieron, juntos como una familia, sintiendo que su felicidad era completa.

***

JaeJoong estaba sentado en el porche de la casa. El atardecer pintaba de colores rosados el cielo. Veía como los cachorros jugaban, correteándose de un lado al otro sin salir de su vista.

Sus dos pequeñas, resultaron ser dos lobos blancos, su pelaje inmaculado solo era opacado por el brillo de sus enormes ojos negros.

Las gemelas, como la manada les decía, eran una belleza. Kim MinAh aseguraba que eran igualitas a JaeJoong cuando pequeño, pero JaeJoong esperaba que fueran mucho más femeninas, aunque, a juzgar por las mordidas que le propinaban a los cachorros de JunSu, quizá sería pequeñas, pero sin duda toda una amenaza.

—¿Te he dicho lo feliz que me haces cada que regreso a casa y veo tu imagen aquí, en el porche, con los niños jugando en el patio? —YunHo regresaba de a casa después de dar alguna vuelta por el territorio. Siempre alerta, siempre vigilante para que nada ni nadie se acercara a su familia.

JaeJoong sonrió. —Todos los días, más nunca me canso de escucharlo.

YunHo atrajo a JaeJoong en un beso apasionado. JaeJoong enredó sus brazos en el cuello de YunHo correspondiendo con la misma intensidad.

—¡Uuuuhhhh! —escucharon los grititos burlones de los cachorros. —Mamá y papá se están besando —comenzaron a cantar.

YunHo y JaeJoong se separaron con una sonrisa. Esta era la vida que habían escogido, aunque no pudieran intimar en todos los lugares como quisieran, no la cambiarían jamás. YunHo rozó los labios de JaeJoong con un beso casto.

—Te amo —le dijo.

—Te amo —respondió.

YunHo miró a su hermosa pareja, JaeJoong no tenía rival ni en esta ni en ninguna otra vida. Miró a sus cachorros canturrear alrededor de ellos y su corazón se llenó de dicha. Eran suyos, suyos para amar, suyos para proteger, suyos para cuidar.

«Desde el inicio siempre estuviste predestinado a mí. Te amo, JaeJoong».

«Siempre y para siempre, YunHo. Te amo».

JaeJoong selló con un beso su promesa eterna de amor. Porque ellos se encontrarían en todas las vidas que siguieran, puesto que el destino los había escogido para ser una sola alma.

FIN

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N/A: A todos los lectores, realmente no me queda más que decir que MUCHAS GRACIAS. Gracias por acompañarme en toda esta historia.

Espero sigan a mi lado en las futuras historias :)

Una vez más Gracias!!