FATED: CAPITULO 28

JaeJoong se sentía inquieto. Pensaba que era por la situación de su madre, pero algo en su interior le decía que esto era más que eso. Algo de su instinto materno le decía que debía ir donde su cachorro. Justo cuando iba a levantarse, Go AhRa entró en la sala, dándole una tímida sonrisa.

—Tienes un muy bonito cachorro —le dijo de manera suave y dulce, que hizo que se le erizara la piel. —Él me dijo quien eras —sonrió. —Se quedó con la madre de YunHo. Al parecer tienen un apetito voraz —comentó alegremente.

Aunque las palabras fueron pronunciadas con alegría y sinceridad, la opresión en el pecho de JaeJoong no desaparecía. Lamentablemente, debía confiar en las personas que lo rodeaban, no creía que alguien fuera a dañar a su cachorro mientras estuviera dentro de los límites de la manada. Ahora, su mente debía concentrarse en rescatar a su madre.

—¿Estás lista para mostrarnos el camino? —preguntó el Alfa con seriedad. JaeJoong vio como la chica temblaba un poco mientras asentía. JaeJoong sabía que estaría infinitamente en deuda con ella. La tomó de la mano y le sonrió, tratando de infundirles fuerza.

Pasaron unos minutos más discutiendo los pros y los contras de cada ataque. Que si debían llevar a todos, que si era mejor un grupo pequeño, que si debían rescatar a los prisioneros, que si lo hacían las probabilidades de salir con vida. Mientras Go AhRa les proporcionaba detalles de lo que ella recordaba en su huída, como la cantidad de guardias y el tipo de shifter a los que se enfrentaría.

—Sin embargo, eso nos lleva a otra cuestión —habló el Alfa de nuevo. —La serpiente que está rondándonos.

Al momento de pronunciarla, JaeJoong vio como claramente, varios de los más fieros guerreros que allí se encontraba, se estremecían ante solo pensar en la criatura.

—Enviaremos a otro grupo tras ella —resolvió YunHo. —Eso nos dejaría con muchos centinelas menos, pero sé que podrán distraerla el tiempo suficiente, si no es que acorralarla —dijo con orgullo mirando a sus hombres, quienes inflaron el pecho como diciéndole que no le fallarían.

—Yo puedo ir tras ella. Aunque no lo parezca, tengo buenas habilidades de rastreo —ofreció YooChun.

—De eso nada —dijo tajantemente ChangMin, con JunSu segundándole. —Tú te quedarás aquí.

YooChun les envió una mirada asesina. —Soy un buen guerrero.

—Se que lo eres —pronunció ChangMin, acariciándole la mejilla. —Por eso necesito que te quedes aquí a proteger a nuestro JunSu.

—¡Oye! —protestó el aludido.

—Además están UnHyea y JaeJoong. Dijiste que los protegerías.

YooChun miró a sus parejas, sopesando la idea. —De acuerdo.

JaeJoong rodó los ojos. El gran guerrero YooChun se convertía en macilla alrededor de ChangMin, puesto que al permanecer tanto tiempo a lado de JunSu podía no dejarse caer por los encantos del pequeño delfín. Eso era ahora, ya los vería cuando se hayan reclamado.

Además, internamente, JaeJoong agradecía que YooChun se quedara con ellos. Su habilidad para crear barreras de protección le brindaría la seguridad de que su cachorro estaría protegido.

Se levantó para abrazar a sus dos amigos, aquellos que lo acompañaron en este viaje. En el momento en que su piel entró en contacto con la de JunSu, una chispa electrizante brotó. Los ojos de JunSu se volvieron azulados y su rostro blanco, como cada vez que tenía una visión.

A JaeJoong se le encogieron las tripas. Algo en él había desencadenado las visiones de JunSu.

Sintió cómo todos contenían la respiración. Si bien sabían que los chicos poseían habilidades sobrenaturales, jamás los habían visto en acción. Lo que les resultaba un tanto escalofriante al momento de que sus ojos cambiaban de color volviéndose un tanto neblinosos brillantes.

Los ojos se JunSu estaban sumidos en ese azul blanquecino, pero su rostro comenzaba a contraerse por el dolor. JaeJoong respiraba rápidamente, esperando, no, más bien rogando que no fuera demasiado tarde para su madre.

JunSu parpadeó rápidamente, sus ojos comenzaban un ir y venir de su color natural al blanco azulado. Al final, sus ojos castaños aparecieron llenos de lágrimas y angustia. JunSu miró a JaeJoong con sus ojos llorosos, abrió la boca, pero solo un sonido ahogado salió. Comenzaba a preocupar a JaeJoong. Abrió de nuevo los labios y solo una palabra derrumbó el mundo de JaeJoong: —UnHyea.

JaeJoong había dejado de respirar. Su cachorro. Su bebé. Su pequeño UnHyea. Salió disparado a la cocina donde se suponía que estaba. YunHo siguiéndolo muy de cerca, pero en este momento solo era consciente de él por el enlace.

La puerta trasera de la cocina estaba abierta. No había nadie en el lugar. No había signos de alguna pelea. Todo estaba en orden, incluso la estufa apagada y los trastes sucios en el fregadero. ¿Qué demonios había sucedido?

YunHo y JaeJoong se apresuraron a salir por la misma puerta, con la esperanza de encontrar al cachorro jugando con la loba no muy lejos. JaeJoong miraba desesperado hacia todos lados, en ningún sitio veía a su cachorro. Comenzó a olfatear el aire, pero en este punto, sus sentidos se habían bloqueado.

—Por aquí —le señaló YunHo. Había detectado el olor de su madre, dirigiéndose hacía una de las salidas de la Aldea.

—Ella salió con un pequeño en brazos. Actuaba muy extraño, como ida —contó un centinela, cuando YunHo los cuestionó. —Le ofrecimos acompañarla, pero ella dijo que no era necesario, que no iba muy lejos. Asumimos que todo estaba en orden ya que es la compañera del Alfa.

La mente de JaeJoong estaba desconectada, solo sentía desesperación. Quería tener a su cachorro en la seguridad de sus brazos. Deseaba gritarle a los centinelas lo inútiles que eran, sin embargo, ellos no tenían la culpa. Habían asumido, igual que todos, igual que él, que UnHyea estaría seguro con la Loba Alfa.

—Encontramos esto —dijo ChangMin trayendo consigo una pequeña botella vacía. YunHo la olisqueo, pero no detectó nada más que hierbas, por lo que frunció el ceño.

—Es una infusión para manipular la mente de los shifter —anunció JunSu. JaeJoong los miró extrañado. Ese tipo de hierbas no crecían cerca de aquí, dudaba que su madre tuviera todas en su pequeño jardín. Y más aún, no cualquiera sabía de la mezcla exacta. Ni siquiera ellos, solo la conocían de una ocasión cuando Mok les mostró algunas, pero no la forma de prepararlas. —En pequeñas dosis de una o dos gotas, puede hacer dudar a una persona sobre su realidad, en grandes cantidades se le puede manipular hasta el punto de ser solo una marioneta sin voluntad.

—Y, a juzgar por la cantidad que hay, hicieron lo último —intervino YooChun. —Mi conclusión es que le han dado tanto de esto a su madre que ahora solo es una carcasa vacía.

En el rostro de YunHo y ChangMin apareció una mueca de dolor. ¿Desde cuándo su madre había empezado a dudar de su realidad? YunHo se sentía culpable por no haberse dado cuenta, quizá si hubiese estado a su lado la mente de su estaría a salvo. Pero ¿quién había llegado tan cerca de su madre para hacerlo? La respuesta era simple, siempre a la vista, Go AhRa. Su madre había comenzado a cambiar desde que su amistad con la chica comenzó.

YunHo gruñó. La loba traidora tenía que pagar. Si a su cachorro o su madre les pasaba algo, sería la primera en sufrir, y mucho, ya que YunHo no pensaba perdonar una injuria como esta.

Dio la vuelta en dirección a la casa, para buscar a la culpable, pero uno de los centinelas que los acompañaría, se les adelanto anunciando que la chica había desaparecido.

***

Caminaba rápidamente por entre los matorrales que se aferraban a sus tobillos. Bufaba constantemente. Las cosas no habían salido tal y como ella las había planeado, pero al menos el cachorro estaba fuera de la manada. ¿Por qué nadie le dijo que había más bichos raros? Si ese mocoso no hubiera hecho todo un circo con sus visiones, ella estaría cómodamente al lado de YunHo, planeando deshacerse de JaeJoong. Pero más que eso, fue la mirada de fría desconfianza que ChangMin le dio antes de adentrarse a la cocina. Había sentido que la sangre se le helaba, casi como cuando las serpientes la miraban. Había huido cuando encontraron su botellita con los restos de su pócima. Ahora tenía que cuidarse las espaldas. Sigilosamente giró su rostro hacia todas direcciones, olfateando en busca de un rastro. Nadie la seguía. Su corazón martilleaba fieramente dentro de su pecho, no podía volver a tras porque la desgarraría, eso seguro; pero tenía miedo de continuar hacia adelante, esas criaturas la esperaban ahí.

Un par de ojos espeluznantemente negros brillaron en la maleza. Con un escalofrío se dirigió hacia allí.

—No has cubierto tu rastro —le dijo con una voz gélida.

—N-no tuve tiempo —respondió, intentando no trastabillar. —Creí que quizá les gustaría un poco de diversión antes de la cena —¡perfecto! Esta ocasión su voz sonó más confiada. Le sostuvo la impenetrable mirada oscura antes de verlo sonreír.

—Dulce bombón —le llamó. Ella odiaba que le dijeran así, pero al igual que lo hacía con KyuBok, no comentó nada. —Eres un encanto cuando tratas de fingir indiferencia por nuestros actos.

Deslizándose detrás de la enorme serpiente, una sombra se movía entre los árboles. AhRa sabía que ahí estaba su compañero, acechando.

—Aún con lo torpe que eres, no resultaste tan inútil como pensaba. —La otra serpiente se acercó a ellos, con una figura más pequeña detrás. Ahora que tenía a ambos shifter serpiente frente a ella, no pudo controlar el estremecimiento de su cuerpo ante su negra mirada. A pesar de que su interlocutor era la serpiente más grande, AhRa sabía que la más peligrosa era la serpiente de menor tamaño. Su escalofriante mirada era solo una señal de advertencia.

—Hay que comenzar a movernos —dijo la serpiente pequeña. Si hubiese sido cualquier otro, la chica pensaría que estaría temeroso por los lobos que les comenzarían a seguir; pero, no era así. —Si nos quedamos a divertirnos vamos a perdernos el ritual —comentó como si fueran a ver una interesante película. —No siempre se tiene la oportunidad de ver tales cosas.

La otra serpiente le dedicó una macabra sonrisa. Cuando la serpiente de mayor tamaño posó su mano sobre su cintura, Go AhRa casi sollozo de miedo. —Vamos, dulce bombón. A menos que desees convertirte en un tapete, debemos irnos.

Llevaban un tramo caminando, para las serpientes disfrutar del bello sol que el lugar les brindaba, mientras que AhRa se sujetaba el cuerpo con sus brazos, en un vano intento de conservar el calor.

Habían dejado de tomar en cuenta a la vieja loba con el cachorro dormido en sus brazos, después de todo, la loba era un simple maniquí al que le podías ordenar y el chiquillo estaba inconsciente. Cuando una luz destellante pulsó desde el interior del cachorro, se deslizó sobre su cuerpo para flotar sobre él. Aquello era la cosa más extraña que había visto. La luz destelló con fuerza para estrellarse de lleno contra ellos. Después todo se apagó.

Miró a las serpientes que ladearon la cabeza, al parecer el espectáculo no era algo usual, sin embargo siguieron su camino. Hasta que un fuerte aullido les indicó que su séquito finalmente los había encontrado. Aún cuando ellos había ocultado su rastro desde que ella los encontró.

—Finalmente han llegado —comentó la enorme serpiente. —No pensé que fueran tan hábiles, habría apostado que no nos encontraríamos con ellos hasta casi al final —dijo un tanto sorprendida, pero con cierta fascinación en su voz. —Parece que, después de todo, sí nos divertiremos.

—Espero que me traigas algún recuerdo. De preferencia su pelaje. Me he sentido fascinado por tener un abrigo que me cubra en las noches de invierno —comentó su compañero. A lo que la otra serpiente sonrió.

Si Go AhRa no estuviera tan preocupada por su vida, se habría preocupado por la del hombre que amaba. YunHo estaba a punto de enfrentarse ante la más grande de las serpientes.

***

YunHo sentía el deseo de desgarrar todo. Su cambio fue involuntario cuando escuchó que la traidora se había esfumado en cuando hubo sospecha de ella. En su forma de lobo los aromas le llegaban de manera más clara, distinguiendo cada uno, incluso el oculto olor de su cachorro.

Dispuesto a avanzar, notó un ligero movimiento a su lado. ChangMin a su derecha, como siempre era de gran ayuda. Pero el movimiento sutil que notó, no provenía de su hermano, sino de su pareja. YunHo mostró los dientes, haciéndole saber que JaeJoong debía quedarse en la aldea, justo como habían discutido antes. YunHo estaría mucho más confiado si su pareja estaba a salvo.

«Estas completamente demente si crees que permaneceré en casa» le dijo JaeJoong a través de su conexión mental. «Es mi cachorro al que se han llevado. No me pidas permanecer aquí».

YunHo ni siquiera tenía que mirar a su pareja para saber lo atormentada que se sentía. Las oleadas de angustia eran tales que quizá ahogarían a cualquiera. «Bien, solo permanece detrás de mí. No deseo perderte». Vio como JaeJoong invocó su cambio, logrando algunos jadeos de los lobos alrededor suyos. Olvidaban cuan hermoso era su compañero. «Vamos. Es hora de rescatar a nuestro bebé».

JaeJoong asintió con su lobuna cabeza perlada. Por alguna razón, YunHo se sentía fuerte, poderoso, desde que el acoplamiento se había completado, podía sentir la magia proveniente de JaeJoong circulando por su cuerpo.

Notó que la mirada de su hermano y los centinelas estaba fija en él. Algunos incluso habían dado un paso atrás. «¿Qué?» cuestionó a JaeJoong. «Has crecido un poco más» respondió con su voz suave. YunHo no tenía tiempo de analizar cuan más grande era, su prioridad era su cachorro, y quizás de paso desgarrar la garganta de aquel que había osado llevárselo.

Habían seguido el rastro de la joven loba hasta un claro cercano, bien oculto de los ojos de los centinelas. Ahí había estado su madre, su bebé, AhRa y un reptil. YunHo no podía estar seguro, pero el aroma era ligeramente diferente, como si estuviera mezclado con otro. Desgraciadamente, incluso para su afilado sentido del olfato, los aromas se difuminaban de manera extremadamente rápida, no natural, por lo que les estaban perdiendo la pista.

«Por favor, que mi cachorro esté bien. Por favor, que no le pase nada» los fuertes ruegos de JaeJoong a la diosa Luna apretaban el corazón de YunHo. No podía creer que apenas hace un día le había jurado protegerlos a ambos de todo, y ahora, su cachorro estaba en manos del enemigo.

Como respondiendo a sus ruegos, una esfera de luz emergió del bosque. Se sostuvo frente a ellos, parpadeando. No supieron cómo, ni porque, pero sabían que esa cosa los llevaría hasta su pequeño, así que la siguieron.

«Espíritus guardianes» susurró JaeJoong en su cabeza. Al parecer también le había sorprendido que la bola de luz los guiara, pero por ahora no tenían tiempo ni de asombrarse ni de discutir qué exactamente eran esas cosas.

Corrieron rápido detrás de la esfera de luz. No tan rápido como YunHo quería, porque eso sería dejar a tras a su pareja y él jamás volvería a hacer tal cosa. Pronto se hizo notorio que la esfera los guiaba rumbo a la manada del Norte. El corazón de YunHo se apretó más al saber lo que podría sucederle a su cachorro si KyuBok llegaba a ponerle sus garras encima.

YunHo se detuvo abruptamente. Un fétido aroma se extendía alrededor del área. Miró en derredor. Ahí, en la oscuridad de las sombras, enroscada en un bulto, una enorme serpiente meneaba la cabeza del un lado al otro de manera sutil. Todos se detuvieron de golpe. YunHo pudo escuchar un jadeo detrás de él.

JaeJoong se encontraba a un costado unos pasos detrás de él. La serpiente posó su mirada en JaeJoong. YunHo se movió amenazadoramente cubriendo con su cuerpo el de su pareja. La serpiente siseo de forma salvaje.

Oculta bajo las sombras, la serpiente cambió a su forma humana, obviamente queriendo comunicarse. El tipo era enorme, una masa de músculo sobre músculo, pero eso de ninguna manera intimidaría a YunHo.

—No quiero herir a nadie, así que porque no me entregas a la dulzura que está detrás de ti —comentó divertido el hombre serpiente. Sus ojos parecían querer atravesar a YunHo para poderle dar una mirada a JaeJoong. YunHo gruñó. La serpiente se rió. El pelo del lomo de YunHo se erizó ante tal sonido.

De reojo pudo ver como la esfera de luz parpadeaba no muy lejos de ahí, como si entendiera la situación. «¡Ve!» le dijo a JaeJoong. «Ve por nuestro pequeño. Yo me encargaré de esta cosa».

Podía sentir lo reacio de JaeJoong para partir. «Estaré bien. Adelántate. Terminare con esto pronto. Te encontraré a donde sea que vayas». JaeJoong aún no se movía.

—Al parecer no me lo entregaras voluntariamente. Así que lo tomaré por la fuerza —dijo la serpiente, abalanzándose a la vez que cambiaba de forma.

«Ve, JaeJoong» le apuró. La enorme serpiente salió de las sombras. Era una cosa gigantesca y realmente grotesca. Su piel brillaba con las escamas, pero YunHo casi podía jurar que una mucosa de algo nada agradable recubría su cuerpo. Su lengua viperina tanteaba el aire mientras avanzaba arrastrándose lenta y amenazadoramente.

JaeJoong lo miró con tristeza y desesperación. «Regresa a mí, YunHo» dijo antes de salir tras la esfera de luz.

«Siempre» fue la respuesta que obtuvo de su pareja. Los demás lobos acompañaron a su compañero, quedándose solo un par.

Lo siguiente que sucedió, pasó tan rápido que YunHo casi no tuvo tiempo de registrarlo en su mente. Al verse privado de su presa, la serpiente se puso furiosa, arremetió con fuerza hacia YunHo, que se salvó de un pelo al saltar solo un segundo antes. Los dientes de aquella cosa eran enormes y un líquido viscoso les escurría.

La peor parte de todo esto, no solo era la monstruosidad de animal que era, sino su mortífera mordida, su letal coletazo, incluso, la maldita era capaz de escupir ácido. Cosa que descubrieron cuando uno de sus compañeros aulló de dolor al ser alcanzado por eso.

YunHo dudaba que fuera sano enterrar sus fauces en algún lugar de la escamosa piel, pero si deseaba ir por su cachorro y proteger a su pareja, entonces debía acabar con esta cosa.

La serpiente era rápida y astuta, pero YunHo tenía motivos para no perder, así que la lucha fue fiera. Si bien la serpiente jamás llegó a morder a YunHo, no podía decir lo mismo de su cola, que varias veces le golpeó con la fuerza de un tractor, mandándolo, literalmente a volar. YunHo sentía que quizá algo en su interior estaba dañado, pero esperaba que con su condición de shifter, las heridas sanaran más rápido.

Cuando la serpiente tomó a uno de sus compañeros por el hocico, inyectándole el veneno a través de sus dientes, YunHo vio su oportunidad. La serpiente había dejado la parte de su nuca al descubierto. Sin pensarlo dos veces, saltó, clavando sus dientes en ese punto, probablemente el único sensible en la serpiente.

YunHo se aferró a la mordida, negándose a soltar a su presa sin por lo menos un pedazo de pestilente carne. La sangre que trataba de colarse a su boca escocía su lengua. YunHo tuvo mucho cuidado de no tragar nada mientras la enorme serpiente se retorcía sin control. Al final, sus movimientos fueron haciéndose menos fuertes y más esporádicos, pero YunHo no la soltó hasta que el animal dejó de moverse por completo.

Divisó a sus compañeros, uno de ellos estaba gravemente herido a causa del ácido que le había alcanzado, y el otro, estaba muerto. No sabía si fue a causa del veneno o por el fuerte agarre que la serpiente hizo sobre su cuerpo al enroscarse alrededor de él.

YunHo aulló, indicando a alguien de la manada su posición. Con eso se aseguraba que el centinela herido recibiera ayuda. Mientras que él mismo comenzaba a sentirse mareado, no podía darse el lujo que esperar. No, su cachorro y JaeJoong lo necesitaban. Con esa idea salió en dirección donde los demás había ido.

***

JaeJoong corría detrás de la esfera de luz. Sabía que algo andaba mal con YunHo, en su pecho podía escuchar el llamado de su pareja, y a veces sentir la inestabilidad en cada pisada. Pero, también sabía que YunHo cumpliría su promesa y que pronto se uniría a ellos, puesto que también podía sentirlo acercarse cada vez más.

La esfera de luz parpadeó, como si quisiera apagarse. JaeJoong se detuvo al igual que los demás. Igual que cuando supo que debían seguirla, así mismo supo que debían esperar. La bola azulada redujo su tamaño y brillo, avanzó por encima de sus cabezas. Más allá de los matorrales, pudieron ver la aldea de la manada del Norte. El lugar era tan frío y gris, tan diferente de su aldea, que le recordaba a JaeJoong más una prisión. El hecho de que los lobos mercenarios, con su rudo aspecto patrullaran, le daba más validez a esa idea.

Notaron cómo la esfera de luz, ahora casi mínima, se dirigía hacia el centro del lugar, en el edificio más grande que había alrededor. Una vez sobre ella, la esfera se introdujo dentro del lugar. Ahí era donde se encontraba su cachorro, y, si JaeJoong recordaba bien, contando con que AhRa no mintiera, debajo de ese sitio estaba su madre.

—Debemos adentrarnos al lugar —dijo ChangMin. JaeJoong ni siquiera había notado el cambio, pero eran necesarias sus formas humanas para hablar. Ahora estaban aquí, en territorio enemigo, a punto de asaltar su fuerte. Todos los planes que habían hecho horas antes no tenían mucho sentido, ya que en casi todos, YunHo era la fuerza principal. Además de que esos planes fueron hechos sin JaeJoong y JunSu de por medio. YooChun bien podría pasar por cualquier buen centinela.

A pesar de estar lejos, aún estaban lo bastante cerca para que los mercenarios distinguieran su aroma, por lo que se ocultaron tras los matorrales, no tenía sentido ir más lejos ya que si descubrieran su aroma, sin duda seguirían su rastro.. JaeJoong podía escuchar cómo ChangMin hablaba y dibujaba cosas en la tierra con una rama, pero su mente estaba demasiado preocupada por su cachorro y YunHo. Notaba como la visión de YunHo iba y venía, cada vez más afectado por el veneno en la sangre de la serpiente.

—Todo estará bien —le aseguró ChangMin tomando su mano. —YunHo llegará —dijo con más firmeza. —Nos adelantaremos un poco a él —le sonrió. —Iremos por allá —señaló el costado derecho del edificio. —De ese lado parece haber menos guardias, tenemos que ser rápidos. JunSu y tú irán al centro. Yo delante, asegúrate de seguirme — a cada palabra de ChangMin, JaeJoong asentía. Le hubiera podido ofrecer su bruma, pero ahora se encontraba demasiado perturbado como para pensar en ella o crearla. —Cuando estemos dentro estaremos ciegos y vulnerables. Procederemos con mayor precaución aún.

De esa manera, se encaminaron con sumo cuidado, deshaciéndose de los pocos guardias con los que se toparon. ChangMin era un excelente guerrero, no cabía duda que era hijo de un Alfa. Lograron colarse dentro del edificio sin mayor problema.

«Demasiado fácil» pensó ChangMin.

Dentro era tan oscuro que apenas se podía ver. Su sentido del olfato los guiaría. Podía oler el aroma dulzón de Go AhRa por el lugar, también estaba el fétido aroma a serpiente y otro aroma que parecía agradable pero lograba ponerle los pelos de punta. Más allá de eso había muchos más aromas mezclados.

JaeJoong sabía que su cachorro estaba allí. No podía olerlo, pero podía sentirlo. También su madre estaba cerca. Su corazón dio un brinco al comprobar que su madre aún estaba viva.

Avanzaron dentro de la estancia. Pasillos largos y solitarios salían a su camino. Podría parecer un maldito laberinto, pero no, cada pasillo dirigía a una habitación y al pasillo principal. No habría que ser muy sabios para saber a dónde iba ese pasillo principal.

ChangMin olfateaba en cada esquina para prevenir los enfrentamientos, pero nada los prepararía para los siguientes momentos.

***

JunSu se sentía cada vez más aterrorizado. Este era el lugar de su visión. Su horrible visión.  Él no había dicho nada de lo que sus antepasados le mostraron para el futuro, realmente él solo deseaba salvar a UnHyea de cualquier destino que estuviera predestinado para él al lado de ese maldito lobo negro.

A pesar de la contundente visión, JunSu guardaba las esperanzas de un lugar mejor. Debía confiar en la fuerza y el amor de YunHo y JaeJoong. Debía confiar en sus parejas ChangMin y YooChun, parejas a quienes suponía hoy reclamaría.

Sacudió la cabeza. No había hablado en su totalidad de su visión, de hecho JunSu solo había pronunciado el nombre del cachorro para que todo se hilara. No dijo que lo había visto en una amplia sala, sentado a los pies de un sujeto con aura negra, mientras ambos miraban la sangrienta escena que se llevaba a cabo frente a ellos.

Debían evitar a cualquier costo eso. Si su visión se llegaba a hacer realidad, no solo la inocencia de UnHyea estaba en peligro, sino muchos otros más, incluida la madre de JaeJoong y ellos mismos.

Por eso, JunSu había decidido confiar.

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N/A: A todas las personas que me han acompañado hasta este capítulo, no me queda más que decirles Gracias. Este es el penúltimo capitulo de esta serie. Espero que haya sido de su agrado, tanto como para mí fue escribirla. Les comento que le agregaré un Epílogo y un Extra del YooMinSu. :)
Por cierto le regalaré un shot al primer comentario del capitulo final :)