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martes, 15 de octubre de 2013

EL TOQUE DE UN ASESINO: CAPITULO 18


CAPITULO DIECIOCHO

A la noche siguiente, Yunho sólo se detuvo en la sede el tiempo suficiente para agarrar un poco de munición extra para sus armas. Como de costumbre, un alto y demasiado delgado cambiaformas León con unas rastas grasientas, estaba detrás del mostrador, y por una vez, mantuvo la conversación al mínimo. Con el estado de ánimo que tenía, Yunho no tenía ganas de responder a las estúpidas preguntas de costumbre, cómo: ‘¿A cuántos mataste anoche?’ ‘Chico, ¿cómo es que alguien como tú puede eliminar a tantos Cuervos tan enormes?’ O ‘He oído que sabes cómo matar a alguien con sólo dos dedos. ¿Me puedes enseñar?’

Yunho se había jurado que si el idiota le hacía las mismas preguntas una vez más, le daría una demostración personal. Justo cuando Yunho estaba guardando la munición, el León se aclaró la garganta.

—He oído que todavía no has encontrado a tu pareja. Lo siento mucho por eso, Amigo.

—Gracias —respondió Yunho, con la esperanza de que pondría fin al parloteo del tonto.

Antes de que el León pudiera plantear cualquier otra pregunta con sus dientes chirriantes, Junjin se acercó. Tan pronto como Yunho tuvo una buena vista de la expresión del Jaguar, supo que las noticias no eran buenas. La única vez que Yunho había visto a Junjin con esa expresión tan grave y tensa, fue cuando alguien había muerto.

Le tomó cada parte de la disciplina que le había sido metida a golpes durante años, mantener la compostura. Funcionó... casi. Yunho todavía se encontraba a sí mismo con dificultades para respirar, mientras su corazón bombeaba y tronaba más rápido en su pecho, cada golpe parecía que gritaba: ‘Que no sea sobre Jaejoong. Que no sea sobre Jaejoong. Que no sea sobre Jaejoong’

—Te necesitamos en la oficina de Eric.

—¿Cuándo?

—Ahora. Han entregado un paquete que es solo para ti.

Yunho se encogió de hombros y volvió su atención a sus armas. —Debe ser mi pedido de Amazon.

—Amigoooo... —Arrastró las palabras el León—. ¿Has pedido el libro ‘Cien maneras de matar a alguien’?

—No, porque ese lo escribí yo —dijo Yunho en tono seco. En su interior, la adrenalina comenzó a patear a toda velocidad, porque no había razón alguna para que alguien le enviara nada a menos que sólo lo hiciera con el fin joderlo.

—¡De ninguna manera! ¿En serio? —El León abrió los ojos como platos.

—Maldita sea, chico, no seas tan crédulo —espetó Junjin antes de mirar a Yunho—. ¿Vienes?

Yunho asintió y se fue con Junjin hasta la oficina de su líder, Eric. Cuando Yunho vio allí no sólo a Eric, sino al resto de su familia y a todos los amigos de Jaejoong, su corazón se hundió. Ahora sabía, sin duda, que el paquete estaba conectado de alguna manera con su compañero.

Eric hizo un gesto hacia una caja larga y de forma rectangular, que había sido cuidadosamente cortada y abierta por la parte superior. —Espero que no te moleste, pero teníamos que asegurarnos de que no contuviera nada que afectara a la coalición.

Yunho se encontró asintiendo otra vez. Sabía que tenía que decir algo... reaccionar de otra manera, pero no podía. Todo lo que podía pensar era en Jaejoong y en lo dulce y vulnerable que era comparado con Orión.

«Mi Pantera no tiene ninguna oportunidad contra los juegos enfermos de Orión».

—¿Qué había dentro? —exigió Yunho con una voz tan dura que casi no la reconoció como suya.

Cuando Eric y Junjin sólo intercambiaron miradas, Yunho sintió que sus rodillas se debilitaban. Por un segundo, la imaginación de Yunho se volvió loca al pensar en algunas de las cosas que el demente de Orión podría haber enviado. Yunho incluso se inclinó hacia adelante y olfateó, un poco aliviado cuando no olió la sangre de Jaejoong y no vio carne en el paquete. Por lo menos no estaba jugando a enviarle partes de su compañero.

—Eran una docena de rosas rojas —dijo Eric finalmente.

—Oh —dijo Yunho cuando el alivio lo inundó—. Creo que nunca le dije a Orión que me gustaban mucho más los narcisos. —Trató de reírse de su propia broma, pero todo lo que le salió fue un débil sonido, su respiración sibilante—. Maldita sea, Eric, no me mantengas en suspenso. Puedo decir por la forma en que están actuando Junjin y tú que Orión me envió algo más que un ramo de flores.

Eric lo estudió durante unos momentos, la preocupación se reflejaba claramente en la cara del Jaguar. Finalmente asintió y dijo: —Había también una grabación.

Yunho cerró los ojos mientras la desesperación se apoderaba de él. Si Orión le había enviado un vídeo, sólo podía significar una cosa, la serpiente quería que Yunho viera cómo su compañero sufría. Un extraño sonido llenó la sala, una serie de gemidos suaves. Le tomó unos minutos darse cuenta que provenían de él.

Dios, no podía haber sido él. El Leopardo que todos temían y odiaban mostrando en realidad un momento de debilidad. Yunho no pudo evitarlo, porque Jaejoong realmente era su única debilidad.

Orión lo sabía y ahora lo estaba usando para destruir a Yunho desde adentro hacia afuera.

Junjin se acercó y estrechó el hombro de Yunho. —Mira, no tienes que verlo. Eric y yo ya lo hemos visto y podemos analizarlo sin que tú pases por eso.

—No, lo veré, quiero hacerlo. Después de todo fui yo quien lo metió en este lío —dijo Yunho.

Eric se acercó y reunió su mirada con la de Yunho. —Eso no es cierto. Yo te di la orden de matar, y tú solo estabas haciendo lo que tu líder te ordenó.

—Es cierto, pero yo también me mofé de Orión. Me gustó verlo retorcerse mientras lo perseguía, y el hijo de puta lo sabe. Ahora es él el que va a asegurarse de que Jaejoong sufra diez veces más.

—No puedes echarte la culpa de todo esto —tranquilizó Junjin.

Yunho dejó escapar un silbido bajo. Tenía que conseguir mantenerse. Si caía, entonces no le serviría a Jaejoong. Tirando de todo su entrenamiento, Yunho se obligó a concentrarse. —No voy a tomar toda la culpa. Orión es totalmente responsable y ese bastardo no va a vivir lo suficiente como para lamentarse de sus decisiones una vez que le ponga las manos encima. Ahora bien, ¿podemos ver ese maldito vídeo?

Vio las miradas de asombro y disgusto en las caras de Junjin y Eric. Sin duda pensaban que Yunho estaba en su típica postura de Leopardo de corazón frío. Se preguntó qué pensarían si supieran que, por dentro, se estaba rompiendo poco a poco a pedazos. Que cada noche se aferraba a la almohada de Jaejoong solamente para poder beber del olor de su compañero.

Eric hizo una seña a Minho, quien se acercó a la pantalla del ordenador y escribió en unas pocas teclas. Pronto, una imagen parpadeó en el monitor que estaba montado en la pared frontal de la habitación.

El corazón de Yunho se sacudió cuando vio a su compañero por primera vez en ocho semanas. Jaejoong estaba en cuclillas en un sucio suelo de linóleo blanco, una cadena alrededor de su cuello. A pesar de que la imagen no era muy nítida, Yunho todavía podía ver cómo el collar improvisado había dejado el cuello de su compañero rojo y con cortes.

Jaejoong llevaba un par de pantalones vaqueros baratos y una camiseta blanca que colgaba de su cuerpo ahora demasiado delgado. Su pelo oscuro normalmente impecable le colgaba a mechones grasientos alrededor de su rostro demasiado pálido.

A Yunho se le rompió el corazón un poco más a medida que escuchaba la conversación entre Jaejoong y Orión. Especialmente cuando vio los momentos de duda que cruzaron por la cara de Jaejoong.

—Mierda, este tipo podría funcionar en Guantánamo, es muy bueno en la tortura psicológica —respiró Yoochun, su rostro casi tan pálido como la versión en la pantalla de Jaejoong.

Junsu asintió con la cabeza mientras envolvía sus brazos alrededor de su estómago. —Es como si conociera cada uno de los temores y preocupaciones de Jaejoong y ahora los usaba en su contra.

El corazón de Yunho martilleaba con miedo. Frunció los puños mientras seguía mirando a la pantalla. Cuando un extraño de pelo oscuro se acercó a Jaejoong y lo mordió en el cuello, un fuerte gruñido ruidoso salió de Yunho.

La habitación entera contuvo la respiración mientras escuchaban los gritos de dolor de Jaejoong. Tras lo que pareció toda una vida de tortura, los gritos terminaron. El hombre mantuvo su control sobre Jaejoong durante unos minutos más antes de alejarse. Cuando volvieron a enfocar la cara de Jaejoong, Yunho dejó escapar otro gruñido. Los ojos negros de Jaejoong por lo general brillantes, estaban ahora vidriosos y desenfocados, y tenía una expresión vacía en el rostro.

—¿Qué es eso? —Yunho dirigió su pregunta a Minho.

Puesto que Minho sabía de venenos más que nadie, debería haber sido capaz de saber cuál era y darle una respuesta con solo ver al atacante.

Minho negó con la cabeza cuando miró a la pantalla. —No tengo ni idea. Sé que es una Araña, pero estoy jodido, no te puedo decir de qué tipo. Nunca he visto nada que tenga ese tipo de veneno para que afecte a un felino así.

—Llama a Jade, debería ser capaz de darnos algunas respuestas —ordenó Yunho.

Jade era una cambiaformas Viuda Negra y una buena amiga que se remontaba a sus días de actividad ilegal. También era la única persona que sabía más de venenos que Minho, y eso decía mucho, ya que el tipo era una Wikipedia andante sobre el tema. Minho asintió con la cabeza antes de que todos volvieran su atención a la pantalla. Cuando llegaron a la parte donde Jaejoong se refirió a su conversación con Minwoo, todos se volvieron para mirar a la Pantera.

Minwoo, al menos tuvo la buena educación de parecer devastado y un poco más que culpable. La Pantera se pasó una mano por su oscuro pelo y suspiró. —Lo sé, la jodí. Iba a pedirle disculpas a Jaejoong cuando regresara de mi misión, pero Orión se lo llevó antes de que tuviera la oportunidad.

Seungri, que había estado de pie junto a Minwoo, dio varios pasos hacia un lado.

Yunho levantó una ceja por el comportamiento.

Seungri se encogió de hombros. —Solo salgo de la zona de guerra. Cuando le patees el culo, no quiero que el último de mis uniformes que no está sucio, se manche.

Minwoo cerró su mirada con Yunho. Los ojos de la Pantera estaban tan llenos de remordimiento, que Yunho no pudo arremeter contra el hombre. Minwoo y su compañero, Dongwon, eran como hermanos para Yunho y Jaejoong. Así que maldita sea si Yunho podría dañar al hombre, no cuando parecía que ya estaba haciendo un buen trabajo golpeándose a sí mismo por la situación. Aunque eso no significaba que Yunho fuera a celebrar sus comentarios.

—Te admira —dijo Yunho.

—Lo sé —respondió Minwoo, su voz entrecortada.

—La única razón por la que hace algunas de esas cosas es porque cree que nadie puede amarlo —señaló Yunho, dejándolos con la boca abierta debido al shock de que el Leopardo pudiera en realidad tener sentimientos profundos. Bien, que se jodieran. Si se trataba de Jaejoong, Yunho no iba a detenerse. Si todos querían lanzar comentarios malignos e hirientes en su camino, que así fuera. Había luchado contra el odio desde el día en que nació y su propio padre lo quiso matar. Infiernos, Yunho se había curtido en el abuso verbal. Sin embargo, moriría antes que permitir que alguien hiriera a su compañero. Incluso si ese alguien era un cambiaformas al que Yunho admiraba.

—Nunca vuelvas a hacerle daño otra vez —dijo Yunho.

Minwoo tragó saliva. —No lo haré. Te lo prometo.

Cuando eso quedó claro, Yunho volvió a mirar a la pantalla, pero el vídeo había terminado. Se quedó congelado con un primer plano de Jaejoong. Antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo, Yunho se acercó y tocó la imagen. Su garganta le dolía con la necesidad de gritar de frustración. Incluso su Leopardo estaba inquieto, y pedía que lo liberara para encontrar a Jaejoong. Se volvió hacia Minho y Seungri. —¿Están listos, chicos?

—¿Dónde van a buscar esta noche? —preguntó Eric.

—He calculado que podemos volver a las barras y lugares de reunión de los felinos. Tal vez alguien tenga algo para nosotros esta vez. —Yunho se palpó los bolsillos, distraído—. Sólo tengo que pasar por la armería y recoger algunas cosas.

Junjin le dirigió una mirada interrogadora antes de decirle en un suave tono: —Yunho, ya fuiste a la armería. ¿Recuerdas?

Yunho parpadeó un par de veces tratando de concentrarse, pero lo único que podía pensar era en Jaejoong y en la forma en la que miraba a la maldita cámara, la forma en la que estaba encadenado como un perro, cómo... oh, Dios, sólo le dolía tanto saber que su compañero estaba sufriendo.

—¿Estás seguro de que debes salir de esta manera? —preguntó Junjin, aún con ese tono suave, como si tuviera miedo de que si hablaba más fuerte asustaría a Yunho.

Seungri frotó la palma de su mano por la espalda de Yunho. —Puede que tenga razón. ¿Cuándo fue la última vez que dormiste algo?

Yunho levantó la vista, y por una vez, no se molestó en ocultar sus emociones. Lo que había impreso en su cara debía haber sido intimidante, porque los ojos de Seungri se abrieron de golpe.

—Descansaré cuando lo traiga de vuelta y no antes. Si fuera tu compañero harías lo mismo.

Seungri lo estudió durante unos momentos antes de darle un guiño lento. —Bien, nosotros te cubriremos las espaldas.

—Gracias —le susurró Yunho.

Se puso la capucha de su abrigo y salió de la habitación. Según lo prometido, Seungri y Minho lo flanqueaban, y Minwoo y Dongwon cerraban la marcha. Yunho se dio cuenta por primera vez de lo afortunado que era por tenerlos a ellos y a la coalición. Fue gracias a su fuerza y apoyo que fue capaz de mantener la calma.


…..

…….

Yunho abrió la puerta del apartamento de Jaejoong y prácticamente tropezó en su interior. Después de otra noche de búsqueda infructuosa, había querido seguir adelante, pero los otros habían insistido en tomar un descanso. En un primer momento, Yunho se había negado, hasta Eric entró en escena y la solicitud pasó a ser una orden. Incluso entonces, Yunho sólo accedió a unas horas de descanso antes de volver a la búsqueda.

El apartamento de Jaejoong era pequeño, de una sola habitación, pero eso no había impedido que Seungri, Minho, Minwoo y Dongwon se quedasen con él. Desde que habían visto el vídeo, no lo dejaban solo. Y estaban como sardinas en lata.

—La cama —Dongwon ordenó en voz seca.

La Pantera, era más alto que su compañero, Minwoo. Dongwon también tenía una musculatura superior, lo que significaba que se alzaba sobre Yunho como una torre. Pero eso no lo intimidaba en lo más mínimo. No solo había derribado chicos mucho más grandes, sino que sabía que Dongwon podía hablar como si fuera duro, pero debajo de todo, era un blandengue incluso más grande que Minwoo.

—Sólo por un par de horas, entonces quiero ir a ese parque del que el Escorpión nos habló —argumentó Yunho.

—Sí, porque los Escorpiones han sido siempre una fuente de información fiable —bufó Seungri—. Todos sabemos que diría cualquier cosa para lograr alejarse lo más posible de ti.

Eso probablemente era cierto, ya que el pequeño cambiaformas casi se meó en el instante que vio a Yunho. Aunque eso no significaba que Yunho fuera a pasar por alto cualquier lugar, no si había la más fina posibilidad.

Yunho tropezó en el dormitorio y se metió en la cama con botas y todo. Abrazó la almohada de Jaejoong, se la llevó al rostro y respiró profundamente, buscando incluso el más leve aroma de su hombre.

Minho y Seungri lo siguieron y se sentaron a ambos lados de la cama.

—Dongwon y Minwoo se fueron a su casa a descansar algo —le dijo Minho.

Cuando Yunho se limitó a asentir como respuesta, Seungri preguntó: —¿Estás bien?

—Ya no puedo olerlo en mí —dijo Yunho sin soltar la almohada—. No he sido capaz de hacerlo en toda la semana.

—Lo traeremos de vuelta —prometió Seungri cuando pasó una mano tentativamente sobre el hombro de Yunho. Cuando eran niños, Lee Sang, su padre adoptivo, nunca había alentado ninguna forma de afecto, por lo que todavía les era difícil hacerlo, a pesar de que ahora todos tenían pareja.

—Me comuniqué con Jade. Una vez que ella sea capaz de identificar al cambiaformas Araña del vídeo, puede llevarnos en la dirección correcta —añadió Minho.

—Lee Sang estaría muy decepcionado conmigo —confesó Yunho.

—¿Por qué? ¿Porque tu compañero fue capturado? Eso podría habernos ocurrido a cualquiera de nosotros —lo tranquilizó Seungri.

—No, porque fui lo suficientemente estúpido como para dejar que mis emociones sacaran lo mejor de mí. Lee Sang siempre me enseñó que no debía importarme nada y no debía sentir nada. Si hubiese seguido sus enseñanzas, entonces Jaejoong nunca hubiera sido el blanco.

—Si ser un buen Leopardo significa que tienes que ser un robot sin emociones, entonces tú has fallado antes de Jaejoong —dijo Seungri. Cuando Yunho sólo parpadeó en la confusión, Seungri continuó—: ¿Crees que un verdadero psicópata habría hecho cosas como ofrecerse a tomar nuestro castigo cuando éramos niños?

—Tampoco dejaste de cuidar de mí cuando me envenené accidentalmente —añadió Minho.

—Ese incidente ocurrió hace años —se sintió obligado a señalar Yunho.

—Sin embargo, todavía recuerdo que te negaste a dejar mi lado, incluso si eso significaba tener que limpiar mi vómito —dijo Minho con una débil sonrisa.

—Lo que estamos tratando de decirte es que siempre hemos sabido que te preocupabas por nosotros. Incluso cuando has tratado de esconderlo.

Se quedaron en silencio por unos momentos, Seungri frotaba su espalda mientras Yunho seguía abrazado a la almohada. —No puedo perderlo.

—Ganaremos. Aunque sea la última cosa que hagamos, lo traeremos de vuelta —prometió Minho.

—Si él muere, entonces sí que seré el horrible monstruo que todo el mundo realmente cree que soy. No seré capaz de ayudar más —dijo Yunho.

Ninguno de los dos respondió. Después de otro breve silencio, Seungri y Minho se pusieron a su lado. Estaban un poco apretados, ya que la cama de matrimonio no se había hecho para tres hombres en su madurez. Pero nadie se quejó.

Se acurrucaron juntos, como la camada improvisada que eran. No se habían atrevido a disfrutar de esta comodidad en el pasado, ya que siendo muy jóvenes Lee Sang se lo había prohibido terminantemente. Sin embargo, cuando Minho y Seungri le ofrecieron su calidez y confort, Yunho se calmó por primera vez en ocho semanas, y fue capaz de dormir en paz. Incluso si su corazón seguía herido por Jaejoong.

1 comentario:

Unknown dijo...

hola como estas mira me recomendaron tu blog es genial claro solo he leido este fic pero no he comentado porq lo lei x cel y me disculpo lo que pasa es que estoy ennferma y no puedo pasar mucho tiempo en la compu eso me mata lo tengo prohbido pero te digo esta genial continualo me gusta bastante estoy aprovechando de comentar ya que me estoy robando la compu jajajaajaj gracias por compartir