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viernes, 20 de septiembre de 2013

EL TOQUE DE UN ASESINO: CAPITULO 12



CAPITULO DOCE

 

El chirrido molesto de su teléfono móvil sacudió a Yunho, despertándolo. Años de formación hicieron que estuviera inmediatamente alerta y saltara de la cama buscando su pantalón. Al encontrarlo, sacó el móvil del bolsillo delantero y miró el identificador de llamadas. Frunció el ceño cuando vio el flash de la pantalla con el nombre que había escrito tan meticulosamente cuando agregó el contacto, Risitas.

 

Entró a la otra habitación para no molestar a Jaejoong antes de responder: —Oye, Risitas. Has desaparecido y eso me molesta. Es muy perjudicial para tu salud. Pregúntale a la última Hiena que me jodió. Aunque no puede hablar porque le corté su mentirosa lengua, escuché que es un genio escribiendo mensajes.

 

La Hiena en el otro extremo del teléfono dejó escapar un gemido aterrado. —Lo siento, Yunho. Me hizo hacerlo.

 

—Necesito un nombre y una ubicación, Risitas. Esa es la única cosa que puede hacer que deje todas las partes de tu cuerpo intactas.

 

—Oh, Dios, no.

 

Un sonido agudo sonaba en sus oídos, por lo que Yunho hizo una mueca de dolor. Malditas sean las Hienas. Los sonidos que hacían cuando tenían miedo estaban al principio de la lista de Yunho de cosas molestas. Esa había sido una de las razones por las que le había sacado al último la lengua. Para ser justos, le había pedido a ese tipo varias veces que se callara y Yunho le había dado más de un par de oportunidades, pero la Hiena sólo se negó a tomar ventaja de ellas.

 

—Cállate —ordenó Yunho en su tono más frío. Sólo cuando la Hiena obedeció continuó—. Me tendiste una trampa y casi pierdo la cabeza. Llámalo mal humor, pero esas cosas realmente me cabrean. Así que ahora, vas a decirme cuál es el nombre de la Cobra antes de que te haga una visita personal.

 

—Tú no sabes dónde vivo —replicó la Hiena con voz temblorosa.

 

—Y tú sabes que eso es algo que no me detendrá. Lo que mejor hago es rastrear y eliminar a las ratas como tú. ¿Cuál es la razón por la que estás llamándome? No juguemos al tímido, si las Serpientes me hubieran matado, no habrías perdido un segundo de sueño por esto.

 

—Si te lo digo, me matará.

 

—Si no me lo dices, voy a torturarte y luego te mataré. Confía en mí cuando digo que soy mucho mejor en causar dolor de lo que lo es él.

 

Eso no fue una afirmación falsa tampoco. Mientras que a otros niños se les enseñaba matemáticas y ciencias, Lee Sang había obligado a Yunho a estudiar las diversas técnicas de tortura utilizadas por algunos de los peores gobiernos que existen. Yunho había sido un excelente estudiante en esa área, también.

 

La Hiena dejó escapar un gemido antes de decir: —Su nombre es Orion.

 

—¿En serio? —La voz de Yunho sonó con una fuerte mordida de incredulidad.

 

—Sí, ¿qué tiene de malo?

 

—Nada, si eres una constelación.

 

—¿Una qué?

 

Yunho suspiró. Dios, sálvame de tontos como las Hienas de mierda. Mientras que los asnos sarnosos podían ser buenos para sacar la suciedad de los demás, ninguno de ellos poseía una pizca de sentido común. Yunho tenía la sospecha furtiva de que si realmente quería matar al imbécil, todo lo que tendría que hacer era tirar un billete de cincuenta en el borde de un acantilado y decir: ¡Recógelo!

 

—No importa. Ahora suelta todo lo que sabes acerca del Cobra.

 

—Los rumores de las calles son que se ha convertido en una especie de héroe para todos los cambiaformas Serpiente.

 

Eso era algo que ya había imaginado por su cuenta. Explicaba por qué las Cascabeles habían tratado de matarlo en el almacén. Lo hacían para proteger a su ídolo.

 

—¿Por qué es tan popular entre los caminantes del vientre? —Yunho preguntó, usando libremente el insulto para referirse a las serpientes.

 

—Ya sabes lo que pasa. Un cierto grupo no cree que el resto del mundo las trate bien por lo que finalmente atacan.

 

—¿Todas las otras Serpientes saben que Orion anda incursionando con las drogas y el canibalismo?

 

La Hiena resopló. —No se puede llamar canibalismo, ya que no se está comiendo a otros cambiaformas. Los humanos que come no cuenta.

 

Yunho hizo una mueca. Incluso su jodida lógica no podía seguir ese tipo de pensamientos torcidos. —¿Dónde está escondido Orion?

 

—No lo sé a ciencia cierta, sólo que está en el extremo norte de Seúl.

 

Eso tenía sentido. Desde que pasó a ser la peor zona de la ciudad, sería fácil, incluso para un cambiaformas asesino Cobra mezclarse en ese sitio. También sería un gran lugar para que Orion descargara su oferta de drogas. Aunque los soldados de la coalición habían eliminado un montón de basura ese mismo día, a Yunho no le cabía duda de que Orión tenía mucho más entre manos.

 

—Sé que pasa su tiempo en un par de bares, El agujero en la pared y el Eddie’s —la Hiena ofreció.

 

Yunho maldijo en su cabeza. Mientras que Eddie’s era un nombre nuevo para él, conocía íntimamente El agujero en la pared. De nuevo de los días en que estuvo con Lee Sang, sus hermanos de crianza y él a menudo se reunían allí con varias conexiones del mercado negro.

 

Yunho colgó sin decir adiós, su mente ya estaba trabajando en el problema. Si fuera a El agujero en la pared, sería inmediatamente reconocido. Si Orion efectivamente estuviera allí, alguien estaría obligado a decírselo al Cobra. Así que eso dejaba a Eddie’s. Iría allí esta noche y rezaba para que el Cobra hubiera elegido ese bar para jugar esta noche.

 

Decidido, se fue al dormitorio y empezó a deslizarse en su ropa. Mientras estaba sentado en el borde de la cama para colocarse las botas, Jaejoong se quejó dormido antes de sentarse. La Pantera parecía despertar al instante, al igual que él lo había hecho antes. Yunho se preguntó si tenía algo que ver con el año que Jaejoong pasó como cautivo de algunos comerciantes de cambiaformas esclavos. Aunque Jaejoong nunca hablaba de ese capítulo de su vida, Yunho había escuchado suficientes historias de horror de Heechul para saber que no había sido un paseo por un campo de margaritas para ninguno de ellos.

 

—¿Te vas? —preguntó Jaejoong, una ligera punzada de decepción en su voz.

 

Yunho se inclinó sobre la cama para que pudieran compartir un beso suave y lento. Una vez que se separaron, dijo: —Tengo que ir a comprobar algo para un trabajo que estoy haciendo para Eric.

 

Jaejoong frunció el ceño. —¿Es seguro para que puedas salir sin ningún tipo de respaldo?

 

Eso casi hace reír a Yunho. No podía pensar en un momento en el que hubiera salido con un compañero o un equipo, aparte de algunos trabajos que había hecho con Seungri. Incluso entonces, Yunho se sintió obstaculizado por tener la respiración de otro felino en su cuello. —No es nada serio, sólo el reconocimiento de un bar.

 

Una vez que Yunho fue hacia atrás, Jaejoong se enderezó y empezó a tirar de la manta en un gesto nervioso. —¿Cuándo voy a...? Lo que quiero decir es que estamos... —Se interrumpió antes de mordisquear su labio inferior mientras desviaba la mirada.

 

Yunho se deslizó debajo de la barbilla de Jaejoong y lo obligó a mirar hacia él. —Si no me lio demasiado en esta tarea, te veré esta noche.

 

Los labios de Jaejoong formaron una sonrisa vacilante. —Sólo si quieres. No quiero que pienses que porque hemos jodido me debes algo.

 

—Hemos follado dos veces y ya te dije que tú y tu culo me pertenecen ahora. —Yunho acarició con el pulgar los labios de Jaejoong, saboreando la suavidad de cómo la carne se sentía—. Eso significa que no quiero que nadie más te toque. Quise decir lo que dije ayer, si atrapo a cualquiera entrando en tu espacio personal, voy a rasgar al maldito en consecuencia.

 

Un escalofrío recorrió a la Pantera. Al principio Yunho pensó que era el terror provocado por su amenaza, entonces captó el olor de la excitación de Jaejoong y tuvo que morderse un gruñido feliz. Al parecer, Yunho finalmente había encontrado a alguien que se encendía con el psico en él.

 

Dándole a Jaejoong un último beso, Yunho se levantó y se fue. Cuando salió a la noche, no podía dejar de extrañar a la Pantera que dejaba atrás. Hizo una pausa, la cabeza inclinada hacia un lado. ¿El hecho de que realmente le importara a alguien lo hacía suave? Sentía la certeza de que su padre y Lee Sang, ambos, le darían a esta pregunta un rotundo sí. Yunho dio un ligero movimiento con su cabeza antes de que se viera obligado a centrarse en su trabajo. Si no se centraba y se encontraba con más Cascabeles o el Cobra, Yunho no tenía que preocuparse de nada, porque estaría muerto.

 

Así que hizo lo mejor que hacía y puso el problema de Jaejoong en un área cerrada de su cerebro y se concentró en ser el asesino que habían criado.

 

Después de que Yunho se fuera, Jaejoong trató de volver a dormir, pero su estómago protestó gruñendo, le recordó que no había llegado a comer la noche anterior. Una sonrisa curvó sus labios, no es que se quejara ya que la distracción había demostrado ser más deliciosa que cualquier comida.

 

Deslizándose de la cama, se puso algo de ropa y caminó hacia la cocina. En todas partes que miraba le traía recuerdos de la noche anterior. Un aleteo pasó por su estómago vacío al recordar la amenaza repetida de Yunho.

 

Jaejoong se dio cuenta de que o bien estaba interesado o tal vez asustado porque, básicamente, Yunho había sido todo un hombre de las cavernas con respecto a él. En su lugar, le daba una sensación de calor que se establecía en el pecho de Jaejoong. Antes de eso, nadie se había preocupado por él, y mucho menos lo suficiente como para sentirse realmente posesivo.

 

Llenó un recipiente con cereal y leche, y luego se instaló en una silla. Mientras comía, continuó trabajando sobre la situación en su mente. A pesar de que Yunho había dicho que ahora era de su propiedad, todavía no podía dejar de preocuparse de que eventualmente se cansara de él, como todo el mundo había hecho en su vida. Entonces se dio cuenta de que había sido una locura dejar que el pasado obstaculizara el disfrute que recibía al estar con Yunho. Mientras Jaejoong daba un mordisco a su comida, resolvió que se aferraría a lo que tenía ahora. De esa manera, cuando Yunho lo pateara de su lado, por lo menos tendría buenos recuerdos para conservar. Podía no ser mucho, pero en realidad era mejor de lo que esperó alguna vez.

 

Los sonidos de Girls Generation cantando Gee rompió el silencio, haciéndolo saltar. Alcanzando el mostrador, agarró su teléfono móvil con una sonrisa cuando vio que era Yoochun.

 

—Ya es hora de te escuchara, hijo de puta plagado de pulgas —Jaejoong le dijo a modo de saludo.

 

Yoochun se rió flotando a través del auricular. —También te extrañé, gatito.

 

—¿Estás de nuevo en la sede? —preguntó Jaejoong, esperanzado.

 

—Sí, acabo de llegar de una misión. ¿Vas a venir hoy?

 

—Seguro, voy ahora. Tenemos que ponernos al día. —Jaejoong ya estaba de pie y dejando el recipiente con su comida en el fregadero.

 

—Eso he oído. —Yoochun rió a sabiendas—. Hombre, me di cuenta de que te gustaba coquetear un poco con los problemas, pero ni siquiera me hubiera imaginado que te emparejaras con un Leopardo.

 

—No estamos acoplados —argumentó Jaejoong, sorprendido de lo mucho que le dolía decir esas tres pequeñas palabras.

 

—Es posible que desees decírselo a Yunho. Palabra de ello es que cuando salía de la enfermería ayer, se detuvo y advirtió a varios hombres que se alejaran de ti.

 

—¿De verdad? —preguntó Jaejoong, su estómago haciendo un giro feliz.

 

—¿Te das cuenta de lo feliz que suenas?

 

—No lo estoy —negó, a pesar de la enorme sonrisa que casi agrietaba su rostro.

 

—Seguuuuro, que no es así —dijo lentamente Yoochun arrastrando las palabras.

 

—¿Así que esta es la parte en donde me das toda la charla acerca de él-no-es-bueno-para-ti? —Jaejoong preguntó con cautela.

 

—¿Por qué molestarse cuando los dos sabemos que no escucharás una palabra de lo que diga?

 

—Espera a que lo conozcas. Una vez que lo haces, te darás cuenta de lo genial que es en realidad.

 

—Nos hemos conocido. Fue hace un par de meses atrás y me amenazó con sacarme al patio y encadenarme a una perrera. Eso fue después de prometerme castrarme con un cuchillo sin filo. Teniendo en cuenta que estaba tocando dicha hoja al tiempo que me daba su amenaza, lo tomé muy en serio.

 

—¿No es gracioso? —Jaejoong dio un suspiro de felicidad.

 

—Sólo un causador de disturbios —respondió secamente Yoochun—. Ahora date prisa y llega hasta aquí. Junsu se supone que llegará en cualquier momento.

 

Eso hizo que Jaejoong se animará aún más, ya que no habían visto al cambiaformas Águila desde el día en que todos habían sido rescatados de los traficantes de esclavos. —¿Estás bromeando? ¿Eric finalmente lo dejó salir de su escondite? No creía que nunca llegaría a ver eso, dado el riesgo.

 

Desde que los cambiaformas Águilas eran muy raros, eran muy buscados por los traficantes de esclavos. Jaejoong oyó que en el momento en que los felinos lograron rescatar a Junsu, el precio por su captura llegaba a millones.

 

—Creo que Junsu finalmente cambió y tiene que aprender a volar, así que uno de los Halcones de la coalición lo va a entrenar.

 

—Genial, tengo que ver eso.

 

Después de colgar con Yoochun, Jaejoong rápidamente se vistió y corrió a su coche. Ya que sólo vivía a unos kilómetros de distancia, no tardó mucho en llegar. Una vez que llegó, corrió al interior, en busca de sus amigos.

 

Vio a Yoochun primero. El cambiaformas llevaba el uniforme de la coalición felina, pero por lo demás parecía todo un Lobo, con el pelo desgreñado marrón, ojos oscuros y complexión robusta. Tan pronto como  lo vio, corrió y abrazó a su amigo. Yoochun devolvió el abrazo, a pesar de carecer de algunas de las connotaciones sexuales acostumbradas.

 

Cuando Jaejoong se quedó confuso, Yoochun levantó las manos. —Sin ánimo de ofender, pero no quiero que Yunho venga tras de mí, porque huela mi olor en ti.

 

En el pasado, todos los compañeros de cuarto habían sido amigos con beneficios. Ahora que estaba Yunho, Jaejoong descubrió que no estaba interesado. Ni siquiera con Junsu estando ahí y eso decía mucho ya que el Águila era muy flexible.

 

—¡Jaejoong! ¿Estás escuchando? —exigió Yoochun, una sonrisa divertida en su cara.

 

—En realidad no, pero ¿desde cuándo eso es algo nuevo?

 

—Es cierto, por ejemplo, el día en que les dije que no hiciéramos ese maldito vídeo de YouTube.

 

—¿Nunca vas a dejar que vivamos sin recordárnoslo a cada rato? —Jaejoong le preguntó, revisando a la multitud de cambiaformas para detectar cualquier signo de Junsu.

 

—No, en primer lugar porque escogiste a Girls Generation entre todos los grupos.

 

—No insultes a Girls Generation, eso es un delito que se castiga —cortó Jaejoong en tono seco.

 

Yoochun continuó como si no hubiera oído: —Sino también porque llevó a los traficantes de esclavos prácticamente a nuestra puerta.

 

—Te dije que lo siento por eso.

 

—Sí —Yoochun rodó sus ojos—, debido a que un gran MI ERROR puede hacer que olvide el año que viví en una celda. Vamos a añadir que en todo ese tiempo, los Lobos o los Cuervos, nos hacían darles actuaciones privadas.

 

—Que te gustó mucho más de lo que jamás admitirías, pequeño voyeur.

 

—No cuando ellos gritaban sugerencias y silbaban. —Yoochun le dio un ligero estremecimiento.

 

—Sigues enojado porque ellos me votaron como el que tenía el mejor culo.

 

—¿Y qué? Me dieron el premio de la polla más linda.

 

—Sigo diciendo que eso fue manipulado de alguna manera. —Jaejoong suspiró profundamente como si albergara un profundo pesar por esa pérdida.

 

Se miraron durante unos instantes antes de que se echaran a reír. A decir verdad no había nada ni remotamente divertido de ese año. Ellos habían tenido doce meses de dolor y degradación. Pero si no encontraban el humor en el asunto, entonces se revolcarían en el dolor del pasado.

 

Yoochun le dio una palmada en la espalda. —Vamos, vamos a buscar a Junsu. Incluso si no puedes darle el saludo y la bienvenida que probablemente busca, todavía le puedes mostrar algún tipo de tratamiento especial.


 

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